
En esta segunda ocasión ya iba preparada. Esperaba una buena novela, digna seguidora de “Corazón de Napalm”, la que fuera premio Biblioteca Breve 2009. A pesar de ello, superó mis expectativas.
“La hija del Este” narra la historia de Ana Mladic y no parece augurar sorpresas. Desde el principio sabes que la protagonista muere, que se suicida. Y lo sabes porque es una historia real y porque el libro comienza así. Pero la autora mezcla hechos con ficción, narrativa con leyendas, ecos de Tolstoi o Shakespeare con datos biográficos, y consigue llevarte de un sitio a otro, de un estilo a otro, sin que percibas apenas las diferencias.
O al menos eso suponemos. Porque no dejó nota alguna. No contó a nadie el porqué de su decisión. Esa decisión que Clara ha reconstruido desde el viaje con sus compañeros de Universidad a Moscú. Un viaje del que volvió cambiada y en el que, seguramente, descubrió la otra cara de ese hombre que ella adoraba y gran parte del resto del mundo veía como un loco sanguinario.
Pero el libro de Clara Usón no se queda ahí, no se queda en la historia personal, en el desgarro de Ana – que narra magníficamente – sino que va más allá y se adentra en las razones del nacionalismo, en la justificación épica de cada uno de los nacionalismos que anidaron en la antigua Yugoslavia y llevaron a una de las guerras más crueles de los últimos años. Aquí mismo, al lado, en la propia Europa.
El libro tiene muchos párrafos, muchas frase memorables, como ésta: “Se empieza cantando canciones folklóricas y se termina empuñando un kalasnikov”. Y quizá sea eso lo que más me ha gustado, la manera en la que cuenta lo pueril, lo ridículo y lo fácil que puede llegar a ser construir una diferenciación que lleve al odio al otro, a la identidad basada en un pasado que, en ocasiones ni existe. Y cómo ese sentimiento se puede llegar a alentar de manera interesada para lograr otros fines más espurios: los nacionalismos enfrentados a su realidad. Actual. Tremendamente actual. Y cercano. Tan cercano como lo está Serbia, o Croacia, o Bosnia. Tan cercano como el suicidio de Ana. Las diferencias existen y están bien para apoyar un sentimiento o una cultura. Pero llegar a más…
En estos días (precisamente en estos días) quizá a más de uno le viniera bien leer esta novela, escrita por una catalana, para asomarse al vacío de la historia reciente y aprender de los errores ajenos.
He leído los 2 libros, a cada cuál mejor. La chica del este, con esa narración de realidad y ficción mezclada, hace de esto una novela que a mí me ha cautivado.
Recomendable 100%. La historia de la extinta Yugoslavia rota en pedazos y la cerrazón de unos para no querer ver lo inevitable me han cautivado.