Patria

Hoy voy a comentar “Patria”, de Fernando Aramburu, justo un día después de que conozcamos que ha sido la novela ganadora del premio Francisco Umbral 2017… y dos días más tarde de que yo haya terminado su lectura.

Lo primero que tengo que decir es que es una novela que te despeina las emociones. Imposible no sentirse parte de esas dos familias – unas veces de una, otras de la otra – identificándote con alguno de los personajes. Fernando Aramburu nos lleva por su día a día, con una narración sencilla, que va tejiendo sus vidas impregnadas de la amistad, el odio, el miedo, la rabia, la incomprensión y la irracionalidad. Un retrato cercano sobre unos hechos que también lo son en el tiempo y en el espacio. Nos habla del País Vasco y de ETA, de cómo todo se puede llegar a justificar y de cómo las verdades se destilan a través de la fuerza del grupo, del somos distintos, del ellos y el nosotros como excusa para todo.

Aramburu utiliza la historia de dos familias amigas que viven en el mismo pueblo. No sabemos su nombre. Ni el de la localidad ni el de las familias. Solo aparecen nombres propios, que nos acercan  aún más a las vivencias – tan cotidianas, tan iguales en unos casos y tan distintas en otros, a las que hemos tenido – que es imposible no ser un poco Xabier, el médico triste, atormentado por responsabilidades que no son suyas. O Arantxa, empeñada en acabar con esa historia de odio incomprensible en la que le ha tocado crecer. Más difícil se hace identificarse con Bittori y con Miren, quizá por la edad de los personajes o por la fuerza de la mujer en la tradición de la familia vasca; pero no cuesta pensar en alguna conocida que podría ser la madre que justifica lo injustificable en el proceder de su hijo.

Y luego está todo lo que acompaña a la historia: el cura, dispuesto a bendecir y a connivir con la violencia; las cuadrillas, que modelan y dirigen las voluntades.

Definitivamente, una novela muy, pero que muy recomendable.

Tengo que decir que el personaje de Arantxa me ha recordado mucho a uno de los personajes de “Ni patria ni tribu”. Para todos los que la hayáis leído no os será difícil reconocerlo. Es la mujer imposibilitada por un ictus que, como en esta otra “Patria” conduce la trama para cerrarla al final.

Solo tengo un “pero”. No me ha gustado el uso de la tercera persona, narrador omnipresente, junto con el de la primer persona de forma indiscriminada. Y no porque me parezca un mal recurso literario, sino porque siento que no está bien utilizado. Hace algunas semanas, comentaba aquí “Hombres desnudos”, novela en la que, a mi juicio, la autora utiliza ese recurso de manera magistral. Pero no opino lo mismo de Aramburu. En cuanto al resto de la forma, aun tengo dudas sobre mi opinión del uso de adjetivos por parejas separados por /. Aplaudo, sin embargo, que transcriba el habla habitual, cambiando el pretérito perfecto de subjuntivo por el condicional, como se suele hacer en el País Vasco.

En resumen. Una novela imprescindible, que no te dejará igual. Llueve en “Patria”. Llueve de un modo que te deja el ánimo estragado.

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